LaRealidad

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ALTO LA GUERRA CONTRA LOS ZAPATISTAS

3 ene 2017

Palabras del #EZLN en la clausura de la Segunda Etapa del Quinto Congreso del #CNI

Palabras del EZLN en la clausura de la Segunda Etapa del Quinto Congreso del CNI

EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.

MÉXICO.

PRIMERO DE ENERO DEL 2017.

Hermanas y hermanos del Congreso Nacional Indígena:

Compañeras, compañeros y compañeroas de la SEXTA nacional e internacional:

Pueblos de México y el mundo:

  Hace 23 años nos alzamos en armas contra el olvido.

  La indignación y la desesperación nos obligaron a disponernos a morir para vivir,

  Para vivir de la única forma que vale la pena vivir, con libertad, con justicia, con democracia.

  El pueblo de México nos miró y nos habló, nos dijo que nuestra lucha y nuestras demandas son justas, pero que no está de acuerdo con la violencia.

  Conforme se fueron conociendo las condiciones inhumanas de nuestra vida y nuestra muerte, en todas partes se estuvo de acuerdo en que las causas de nuestro alzamiento no se podían cuestionar, aunque sí la forma en que se manifestó nuestra inconformidad.

  Ahora las condiciones del pueblo de México en el campo y la ciudad están peor que hace 23 años.

  La pobreza, la desesperación, la muerte, al destrucción, no son sólo para quienes poblaron originalmente estas tierras.

  Ahora la desgracia alcanza a todas y a todos.

  La crisis afecta también a quienes se creían a salvo y pensaban que la pesadilla era sólo para quienes viven y mueren abajo.

  Gobiernos vienen y van, de diferentes color y banderas, y lo único que hacen es empeorar la cosas.

  Con sus políticas, los único que hacen es que la miseria, la destrucción y la muerte lleguen a más y más gente.

  Ahora nuestras hermanas y hermanos de las organizaciones, barrios, naciones, tribus, y pueblos originarios, organizados en el Congreso Nacional Indígena, han decidido gritar su YA BASTA.

  Han decidido que no van a permitir que se siga destruyendo nuestro país.

  Han decidido no dejar que el pueblo y su historia mueran por la enfermedad que es el sistema capitalista.

  Un sistema que, en todo el mundo, explota, despoja, reprime y desprecia a los seres humanos y a la naturaleza.

  El Congreso Nacional Indígena ha decidido luchar para sanar nuestros suelos y nuestros cielos.

  Y lo han decidido hacer por los caminos civiles y pacíficos.

  Sus causas son justas, innegables.

  ¿Quién les cuestionará ahora el camino que han elegido y al que nos están llamando a todas, a todos, a todoas?

  Si no se respeta, si no se saluda, si no se apoya su lucha y el camino que siguen, entonces ¿qué mensaje dan como sociedad?, ¿qué caminos le dejan a la indignación?

  Hace 23 años iniciamos nuestro alzamiento, pero nuestro camino era excluyente, no podían participar todas, todos.

  Ahora, el Congreso Nacional Indígena nos llama a una lucha en que podemos participar todos, todas; sin importar la edad, el color, el tamaño, la raza, la religión, la lengua, la paga, el conocimiento, la fuerza física, la cultura, la preferencia sexual.

  Quienes viven, lucha y mueren en el campo y en ciudad tienen ahora un camino de lucha donde se unen con otras y otros.

  La lucha a la que nos llama y nos invita el Congreso Nacional Indígena es una lucha por la vida con libertad, con justicia, con democracia, con dignidad.

  ¿Quién se atreve a decir que es una lucha mala?

  Es la hora de que todo el pueblo trabajador, junto con los pueblos originarios, cobijados por la bandera del Congreso Nacional Indígena, que es la bandera de los originarios, se unan en esta lucha que es para quienes no tienen nada, más que dolor, rabia y desesperación.

  Es la hora de los pueblos, de todos, del campo y de la ciudad.

  Eso es lo que nos está diciendo el Congreso Nacional Indígena.

  Nos está diciendo de que ya basta de esperar que otros u otras quieran decirnos qué hacer y cómo, que nos quieran mandar, que nos quieran dirigir, que nos quieran engañar con promesas y mentiras descaradas.

  Nos está diciendo que cada quien en su lugar, con su modo, con sus tiempos, se mande a sí mismo, misma; que los mismos pueblos se dirijan a sí mismos, que no más mentiras, que no más engaños, que no más políticos que sólo ven su trabajo de gobierno como una riqueza de robar, de traicionar, de venderse.

  Nos está diciendo que hay que luchar por la verdad y la justicia.

  Nos está diciendo que hay que luchar por la democracia, que quiere decir que mismo pueblo manda.

  Nos está diciendo que hay que luchar por la libertad.

  Son sabedoras y sabedores quienes están en el Congreso Nacional Indígena.

  Llevan siglos resistiendo y luchando por la vida,

  Saben de resistencia, saben de rebeldía, saben de lucha, saben de vida.

  Saben quién es el responsable de los dolores que azotan a todas y a todos, en todas partes, todo el tiempo.

  Al Congreso Nacional Indígena, por esta lucha que hoy emprende, lo van a atacar, lo van a calumniar, lo van a querer dividir, lo van a querer comprar.

  Van a buscar por todos los medios que se rindan, que se vendan, que claudiquen.

  Pero no van a poder.



  Llevamos más de 20 años de conocernos personalmente, y más de 500 años de conocernos en destrucción, en muerte, en desprecio, en robo, en explotación, en historia.

  Su fortaleza, su decisión, su compromiso, no viene de sí mismos, de sí mismas.

  Viene de las organizaciones, barrios, naciones, tribus y pueblos originarios en los que nacieron y se formaron.

  Nosotras, nosotros, zapatistas, nos preparamos 10 años para iniciar nuestra lucha un primero de enero hace 23 años.

  El Congreso Nacional Indígena se preparó 20 años para llegar a este día y mostrarnos un buen camino.

  Si lo seguimos o no, ya será decisión de cada quien.

  El Congreso Nacional Indígena va a hablar con verdad, va a escuchar con atención.

  No es juego su lucha del Congreso Nacional Indígena.



  Ellas y ellos nos han dicho que van por todo, para todas y para todos.

  Y eso quiere decir que:



  Van por el respeto de los derechos humanos.

  Van por la liberación de todas y todos los presos políticos.

  Van por la presentación con vida de las desaparecidas y desaparecidos.

  Van por la justicia para quienes han sido asesinados,

  Van por verdad y justicia para los 46 ausentes de Ayotzinapa.

  Van por apoyo a los campesinos y respeto a la madre tierra.

  Van por una vivienda digna para todos los de abajo.

  Van por alimentación suficiente para todos los desamparados.

  Van por trabajo digno y salario justo para los trabajadores del campo y de la ciudad.

  Van por salud completa y gratuita para todos los trabajadores.

  Van por educación libre, gratuita, laica y científica.

  Van por la tierra para quien la trabaja.

  Van por las fábricas para los obreros y obreras.

  Van por las tiendas y bancos para los empleados y empleadas.

  Van por el respeto al comercio ambulante, y al pequeño y mediano comercio.

  Van por el transporte público y comercial para quienes conducen los vehículos.

  Van por el campo para los campesinos.

  Van por la ciudad para los ciudadanos.

  Van por el territorio para los pueblos originarios.

  Van por la autonomía.

  Van por la autogestión.

  Van por el respeto a toda forma de vida.

  Van por las artes y las ciencias.

  Van por la libertad de pensamiento, de palabra, de creación.

  Van por la libertad, la justicia y la democracia para el México de abajo.

  A eso nos están llamando.

  Cada quien podrá decidir si esa lucha es buena, si es buena esa idea, si responde o no al llamado que hacen.

  Nosotras, nosotros como zapatistas que somos, respondemos: sí vamos con ustedes, sí vamos con el Congreso Nacional Indígena.

  Veremos las formas de apoyarlos con toda nuestra fuerza.

  Los apoyaremos porque la lucha que ustedes proponen, hermanas y hermanos del Congreso Nacional Indígena, es tal vez la última oportunidad de que estos suelos y estos cielos no desaparezcan en medio de la destrucción y la muerte.

  Así que sólo tenemos que decirles:

  Escuchen el corazón, el dolor y la rabia que hay en todos los rincones de este país.

  Caminen y que retiemble en sus centros la tierra con sus pasos.

  Que se asombren estos suelos mexicanos.

  Que los cielos los miren con sorpresa y admiración.

  Que los pueblos del mundo, en la decisión y firmeza de ustedes, aprendan y se animen.

  Y sobre todo, no importa qué pase ni todo lo que tienen en contra, no importa que los ataquen de todas las formas, como quiera no se rindan, no se vendan, no claudiquen.

¡LIBERTAD!

¡JUSTICIA!

¡DEMOCRACIA!

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

A nombre de las mujeres, hombres, niños y ancianos del EZLN.


Subcomandante Insurgente Moisés.

México, enero del 2017.

2 ene 2017

¡Y RETEMBLÓ!, INFORME DESDE EL EPICENTRO…#CNI #EZLN

A los Pueblos Originarios de México

A la Sociedad Civil de México y del Mundo

 A la Sexta Nacional e Internacional

A los Medios Libres de Comunicación

Hermanos, hermanas

Es el momento de los pueblos, de sembrarnos y reconstruirnos. Es el momento de pasar a la ofensiva y es este el acuerdo que se dibuja en nuestros ojos, en los individuos, en las comunidades, en los pueblos, en el Congreso Nacional Indígena; es tiempo de que la dignidad gobierne este país y este mundo y a su paso florezcan la democracia, la libertad y la justicia.

Damos a conocer que en la segunda etapa del V CNI evaluamos minuciosamente el resultado de la consulta a los pueblos que somos el Congreso Nacional Indígena y que tuvo lugar los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2016, en los cuales de todos los modos, las formas y las lenguas que nos representan en la geografía de este país emitimos acuerdos de asambleas comunales, ejidales,  de colectivos, municipales, intermunicipales y regionales, que una vez más nos llevan a entender y asumir con dignidad y rebeldía la situación por la que atraviesa nuestro país, nuestro mundo.

Saludamos los mensajes de apoyo, de esperanza y de solidaridad que dieron intelectuales, colectivos y pueblos que reflejan esperanza ante nuestra propuesta a la que denominamos “Que Retiemble en Sus Centros la Tierra” y que hicimos pública en la primera etapa del V CNI, saludamos también las voces críticas, muchas de ellas con argumentos fundamentalmente racistas, que reflejan una indignación rabiosa y desprecio por pensar en que una mujer indígena pretenda no sólo contender en una elección presidencial, sino plantear cambiar realmente, desde abajo, a este dolido país.

A todos ellos, les decimos que en efecto retembló la tierra y nosotros con ella, y que pretendemos sacudir la conciencia de la nación, que en efecto pretendemos que la indignación, la resistencia y la rebeldía figuren en las boletas electorales del 2018, pero que no es nuestra intención competir en nada con los partidos y toda la clase política que aun nos debe mucho; cada muerto, desaparecido, encarcelado, cada despojo, cada represión y cada desprecio. No nos confundan, no pretendemos competir con ellos porque no somos lo mismo, no somos sus palabras mentirosas y perversas. Somos la palabra colectiva de abajo y a la izquierda, esa que sacude al mundo cuando la tierra retiembla con epicentros de autonomía, y que nos hacen tan orgullosamente diferentes que:

Mientras el país está sumergido en el miedo y el terror que nace entre miles de muertos y de desaparecidos, en los  municipios de la montaña y costa de Guerrero nuestros pueblos han creado condiciones de seguridad y justicia verdadera; en Santa María Ostula, Michoacán, el pueblo Nahua se ha unido con otras comunidades indígenas para mantener la seguridad en manos de los pueblos, en donde el epicentro de la resistencia es la asamblea comunal de Ostula, garante de la ética de un movimiento que ha permeado ya los municipios de Aquila, Coahuayana, Chinicuila y Coalcomán. En la meseta purépecha la comunidad de Cherán ha demostrado que con organización, sacando a los políticos de su estructura del mal gobierno y ejerciendo sus propias formas de seguridad y gobierno se puede no sólo construir la justicia, sino que al igual que en otras geografías del país sólo desde abajo, desde la rebeldía se reconstruyen nuevos pactos sociales, autónomos y justos, y no dejamos ni dejaremos de construir desde abajo la verdad y la justicia negada para los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos, los 3 compañeros estudiantes que fueron asesinados y los compañeros heridos, todos por el narco gobierno mexicano y sus fuerzas represivas. Mientras tanto los malos gobiernos criminalizan la lucha social, la resistencia y la rebeldía, persiguiendo, acosando, desapareciendo, encarcelando y asesinando a hombres y mujeres cabales que luchan por causas justas.
Mientras la destrucción alcanza todos los rincones del país, sin conocer límites alejando la pertenencia a la tierra y a lo sagrado, el pueblo Wixárika, junto con los comités en defensa de la vida y del agua del altiplano potosino han dado muestra de que se puede defender un territorio, su medio ambiente y equilibrios con base en reconocerse uno con la naturaleza, con una visión sagrada que renueva cada día los vínculos ancestrales con la vida, la tierra, el sol y los antepasados, abarcando 7 municipios en el territorio sagrado ceremonial de Wirikuta en San Luis Potosí.
Mientras los malos gobiernos deforman las políticas del Estado en materia educativa poniéndola al servicio de las corporaciones capitalistas para que ésta deje de ser un derecho, los pueblos originarios crean primarias, secundarias, bachilleratos y universidades con sistemas educativos propios, basados en la protección de nuestra madre tierra, en la defensa territorial, en la producción, en las ciencias, en las artes, en nuestras lenguas y pese a que la mayoría de esos procesos crecen sin apoyo de ningún nivel del mal gobierno, está al servicio de todas y todos.
Mientras los medios de comunicación de paga, voceros de quienes prostituyen cada una de las palabras que difunden y engañan manteniendo dormidos a los pueblos del campo y la ciudad, haciendo pasar por delincuentes a quienes piensan y defienden lo que es suyo y siempre son los malos, los vándalos, los inadaptados. En tanto que los que viven de la ignorancia y la enajenación son los socialmente bien, y los que oprimen, reprimen, explotan y despojan son siempre los buenos, los que merecen ser respetados y gobernar para servirse. Y mientras eso pasa los pueblos han hecho medios propios de comunicación ideando formas diversas para que la conciencia no sea opacada por la mentira que los capitalistas imponen, usándolos además para fortalecer la organización de abajo, de donde nace cada palabra verdadera.
Mientras la “democracia” representativa de los partidos políticos se ha convertido en una burla a la voluntad popular, en la que los votos se compran y se venden como una mercancía más y se manipula por la pobreza en la que los capitalistas mantienen a las sociedades del campo y de las ciudades, los pueblos originarios siguen cuidando y fortaleciendo formas de consensos y asambleas como órganos de gobierno en las que la voz de todos y todas se hacen acuerdos profundamente democráticos, abarcando regiones enteras a través de asambleas que versan en torno a los acuerdos de otras asambleas y estas a su vez surgen de la voluntad profunda de cada familia.
Mientras los gobiernos imponen sus decisiones en beneficio de unos cuantos, suplantando la voluntad colectiva de los pueblos, criminalizando y reprimiendo a quien se oponga a sus proyectos de muerte que imponen sobre la sangre de nuestros pueblos como es el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, fingiendo que consultan mientras imponen su muerte, los pueblos originarios tenemos los modos y las formas constantes de consulta previa, libre e informada por pequeña o grande que ésta sea.
Mientras que con sus reformas privatizadoras los malos gobiernos entregan la soberanía energética del país a los intereses extranjeros y los altos costos de la gasolina delatan la mentira capitalista que sólo traza caminos para la desigualdad y la respuesta rebelde de los pueblos indígenas y no indígenas de México, que los poderosos no podrán ocultar ni callar; los pueblos hacemos frente y luchamos por detener la destrucción de nuestros territorios por el fracking, los parques eólicos, minería, los pozos petroleros, gaseoductos y oleoductos en estados como Veracruz, Sonora, Sinaloa, Baja California, Morelos, Oaxaca, Yucatán y todo el territorio nacional.
Mientras los malos gobiernos imponen una alimentación tóxica y transgénica a todos los consumidores del campo y las ciudades, los pueblos Mayas mantienen una lucha incansable por detener la siembra de transgénicos en la península de Yucatán y en todo el país por conservar la riqueza genética ancestral, que además significa nuestra vida y organización colectiva y la base de nuestra espiritualidad.
Mientras la clase política sólo destruye y promete, los pueblos construimos no para gobernar sino para existir con autonomía y libre determinación.
Nuestras resistencias y rebeldías constituyen el poder de abajo, no ofrecen promesas ni ocurrencias, sino procesos reales de transformación radical en la que participan todas y todos y que son tangibles en las diversas y enormes geografías indígenas de esta nación. Es por eso que como Congreso Nacional Indígena, reunidos en este V Congreso 43 pueblos de este país, ACORDAMOS nombrar un Concejo Indígena de Gobierno con representantes hombres y mujeres de cada uno de los pueblos, tribus y naciones que lo integran. Y que este concejo se proponga gobernar este país. Y que tendrá como voz a una mujer indígena del CNI, o sea que tenga sangre indígena y conozca su cultura. O sea que tiene como vocera a una mujer indígena del CNI que será candidata independiente a la presidencia de México en las elecciones del año 2018.

Es por eso que el CNI como la Casa de Todos los Pueblos somos los principios que configuran la ética de nuestra lucha y en la que caben todos los pueblos originarios de este país, esos principios en los que se aloja el Concejo Indígena de Gobierno son:

Obedecer y no mandar

Representar y no suplantar

Servir y no servirse

Convencer y no vencer

Bajar y no subir

Proponer y no imponer

Construir y no destruir

Es lo que hemos inventado y reinventado no por gusto, sino como la única forma que tenemos de seguir existiendo, es decir esos nuevos caminos sacados de la memoria colectiva de nuestras formas propias de organización, son producto de la resistencia y la rebeldía, del hacer frente cada día a la guerra que no ha parado y que no ha podido acabar con nosotros. En esas formas no sólo ha sido posible trazar el camino para la reconstitución integral de los pueblos, sino nuevas formas civilizatorias, esperanzas colectivas que se hacen comunitarias, municipales, regionales, estatales y que están dando respuestas precisas a problemas reales del país, lejos de la clase política y su corrupción.

Desde este V Congreso Nacional Indígena llamamos a los pueblos originarios de este país, a los colectivos de la Sexta, a los trabajadores y trabajadoras, frentes y comités en lucha del campo y las ciudades, a la comunidad estudiantil, intelectual, artística y científica, a la sociedad  civil no organizada y a todas las personas de buen corazón a cerrar filas y pasar a la ofensiva, a desmontar el poder de arriba y reconstituirnos ya nos sólo como pueblos, sino como país, desde abajo  y a izquierda, a sumarnos en una sola organización en la que la dignidad sea nuestra palabra última y nuestra acción primera. Los llamamos a organizarnos y parar esta guerra, a no tener miedo a construirnos y sembrarnos sobre las ruinas dejadas por el capitalismo.

Es eso lo que nos demanda la humanidad y nuestra madre que es la tierra, en ello encontramos que es el tiempo de la dignidad rebelde y que materializaremos convocando a una asamblea constitutiva del Concejo Indígena de Gobierno para México en el mes de Mayo de 2017 y desde este momento tenderemos puentes a los compañeros y compañeras de la sociedad civil, los medios de comunicación y los pueblos originarios para hacer retemblar en sus centros la tierra, vencer el miedo y recuperar lo que es de la humanidad, de la tierra y de los pueblos, por la recuperación de los territorios invadidos o destruidos, por la presentación de los desaparecidos del país, por la libertad de todas y todos los presos políticos, por la verdad y la justicia para los asesinados, por la dignidad del campo y de la ciudad. Es decir, no tengan duda, vamos por todo, pues sabemos que tenemos enfrente quizá la última oportunidad como pueblos originarios y como sociedad mexicana de cambiar pacífica y radicalmente nuestras formas propias de gobierno, haciendo que la dignidad sea el epicentro de un nuevo mundo.

Desde Oventik, Territorio Zapatista, Chiapas, México

Nunca Más un México Sin Nosotros

Congreso Nacional Indígena

Ejército Zapatista de Liberación Nacional.